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Señor Jordá,
Señor Jordá,
Acabo de leer su artículo del Diario de Mallorca, "Madre e hijos" (de fecha 31/07/08), y no puedo evitar sentir lástima por su opinión. A una chica que conozco muy bien, cuando tenía 10 años, le sucedió lo siguiente: pasaba el fin de semana con sus abuelos en una casa de pueblo. Sus padres dormían en una vivienda a las afueras de la misma localidad. La niña era muy aficionada a la danza. La madre de la pequeña se levantó un sábado por la mañana y -visto y no visto- se marchó a un festival de ballet clásico (sin avisar a su hija), llevándose el único coche de la familia. El padre, al darse cuenta, recorrió a pie más de un kilómetro ¡a mediodía y en pleno agosto! para conseguir un teléfono y llamar a la niña (en aquella época no había móviles). Cuando lo consiguió, le dijo a su hija: "hay un espectáculo de ballet en el pueblo de al lado; si quieres, te recojo, y vamos juntos". La niña, muy ilusionada, esperó a su padre. Éste le dijo a su hija que la madre "se había adelantado", y que ellos irían andando. Ambos caminaron varios kilómetros más a pleno sol, cogidos de la mano, bromeando y riendo mientras hacían autostop.
Finalmente, un coche rojo (con aire acondicionado, un lujo en aquella época) les recogió y acercó al teatro. Aquello fue una auténtica y divertida aventura para aquella niña, que, merced al esfuerzo de su padre, pudo ir al ballet. Así mismo, gracias a la habilidad y el buen humor de ese hombre -su padre-, hasta que fue adulta nunca fue consciente de cómo su madre había "pasado olímpicamente" de ella.
¿Sabe usted otra cosa, señor Jorda? Mi pareja es padre de dos hijas. Y le aseguro que es capaz de hacerlas reír y bromear con ellas en circunstancias mucho más difíciles (las que les ha tocado vivir) que corriendo a pleno sol o en cualquier otra situación. Espero, por sus hijos, que usted sea capaz de hacer lo mismo por ellos.
Finalmente, un coche rojo (con aire acondicionado, un lujo en aquella época) les recogió y acercó al teatro. Aquello fue una auténtica y divertida aventura para aquella niña, que, merced al esfuerzo de su padre, pudo ir al ballet. Así mismo, gracias a la habilidad y el buen humor de ese hombre -su padre-, hasta que fue adulta nunca fue consciente de cómo su madre había "pasado olímpicamente" de ella.
¿Sabe usted otra cosa, señor Jorda? Mi pareja es padre de dos hijas. Y le aseguro que es capaz de hacerlas reír y bromear con ellas en circunstancias mucho más difíciles (las que les ha tocado vivir) que corriendo a pleno sol o en cualquier otra situación. Espero, por sus hijos, que usted sea capaz de hacer lo mismo por ellos.
1 comentari:
Vergüenza te debería dar de tratar así de mal a tu madre y de haber denunciado a tu padre........
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