dilluns, 14 de setembre del 2009

Privados de Libertad - Elena Porras Sanchez

http://www.lavanguardia.es/lv24h/20090913/53784674532.html

He navegado en mis recuerdos, examiné despacio uno a uno los rincones de mi mente intentando hallar tan solo una caricia o abrazo tuyo. No recordé que me arroparas ni besaras la mejilla al llegar la noche. Tampoco que me explicaras sencillos cuentos, con los que iniciar mi viaje al mundo de los sueños.

Ningún Cola Cao con galletas. Ningún día que me llevaras al cole. Ninguno, que estuvieras presente en alguno de mis partidos de baloncesto. No hallé siquiera una sola imagen que plasmara un instante compartiendo unas risas Tú y Yo. Lo cierto es que me olvidé, hasta de tu sonrisa. No guardé más recuerdo que el de tu adiós.

Una noche fría de Enero te fuiste sin mirar atrás, diciendo: me voy a vivir mi vida. Una vida en la que nosotros ya no teníamos cabida. Pero a pesar de los años y del vacío de mis recuerdos. Y aunque no secaras mis lágrimas la primera vez que alguien me rompió el corazón, ni tampoco en las siguientes ocasiones. A pesar de todos los momentos que te perdiste y que ya no volverán,"jamás dejé de quererte".

Mamá, hizo que ese sentimiento hacia ti perdure a día de hoy. Ella, me permitió crecer libre y dueña de mis pensamientos, de mis sentimientos, de mis emociones y de mis decisiones.

Mi felicidad, estuvo siempre por encima de cualquier manipulación o pensión. Me enseñó que no es más feliz, quién más posee. Que debíamos compartir de lo poco que hubiera y que llegarían tiempos mejores. A valorar los pequeños detalles, por muy insignificantes que pudieran parecer. A aprender a respetar todas las decisiones inclusive la tuya, aunque…no la comprendiera.

Quiero con este escrito, como hija y mujer adulta que soy hoy. Expresar mi más profunda admiración y respeto, (principalmente a mi madre y a las mujeres como ella). Y a vosotros, padres y hombres injustamente encarcelados y separados de sus hijos. Víctimas de falsas denuncias y leyes discriminatorias, de una sociedad cobarde que se cruza de brazos permitiendo os priven de vuestra libertad.

Culpables, por no poseer más dinero o propiedades con los que seguir siendo extorsionados por quiénes orgullosos proclaman velar por los intereses del menor, empezando por sus propias madres. Convertidos en delincuentes, cuyo único delito amar a vuestros hijos. Y como único deseo el llenar sus mentes de recuerdos, donde el día de mañana hallen una sonrisa, un beso o un abrazo vuestro.

Os admiro, porque quienes pudieron hacer de padre no lo hicieron y a vosotros que quisierais…¡no os lo permiten!